31 Oct Herramienta de paz
En un mundo como el actual, cada vez más globalizado, donde la diversidad y la pluralidad de orígenes y de creencias son una realidad de nuestro día a día, la necesidad del diálogo entre religiones se hace aún más evidente.
Es una prioridad si se quiere fomentar la paz y la cohesión social, tanto a escala local como global. También es la forma que evita que la diversidad sea vista como amenaza. Sin comunicación, sin diálogo, sin una convivencia real y tolerancia, es fácil que surja el recelo y el conflicto.
Esto es algo fácil de decir y, a la vez, complejo de vivir. No en balde, historia, política y condicionantes culturales, económicos, sociales y geográficos han hecho que en nombre de Dios se justificasen (y se justifiquen) todo tipo de barbaridades. Pero caminar por esta vía es imprescindible, tanto en nuestro presente como de cara al futuro futuro.[pullquote]El diálogo con otras creencias te hace profundizar en tu fe[/pullquote]
El camino del diálogo entre religiones no implica debilitar o renunciar a la propia fe, sino todo lo contrario, obliga a profundizar en el conocimiento de tus creencias. Finalmente, te encamina a profundizar en lo esencial de su mensaje y te da más argumentos para ser consecuente con lo que crees, buscando en el diálogo aquello que une, y poniendo en segundo término lo que separa. Hay que ir a la esencia, decía el prior de la comunidad de Taizé, y éste es un mensaje igual de cierto en el diálogo entre cristianos como con aquéllos que no lo son. Todas las grandes religiones coinciden en un mensaje: la importancia del amor, de la compasión. Esta tradición de misericordia, que cada uno vive desde su fe, es una poderosa vía de comunicación y de mejora personal y social. Y estos son valores a fomentar, también en el siglo XXI.
Francesc Torradeflot es director de la Asociación Unesco para el Diálogo Interreligioso (Audir)
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