23 May El abandono escolar
Mariano Fernández Enguita es catedrático de Sociología en la Universidad Complutense, donde dirige la Sección de Sociologia de la Fac. de Educación. Es coautor del elaborado volumen Fracaso y abandono escolar en España, editado por la Obra Social de ‘La Caixa’.
- ¿A qué se debe y cómo podemos solucionar, el elevado porcentaje de abandono escolar prematuro respecto a la media europea?En parte es un resultado de la ordenación del sistema: sin graduación en la ESO no hay continuidad, y hemos llegado a dejar sin graduación a tres de cada diez alumnos. A eso se añade una cultura clasista y elitista, tanto social como profesional, que parte del supuesto de que muchos no valen para estudiar: por eso nos separamos poco en las competencias medidas y mucho en los resultados académicos, y entre las CCAA no hay relación consistente entre una cosa y otra.
- Por lo que he visto en entrevistas y debates, no considera la repetición de curso como una buena forma de afrontar los malos resultados académicos de un alumno. ¿Cómo hacerlo entonces? ¿Cómo lo resuelven los países con mejores resultados?La repetición es un absurdo lógico, un desastre educativo y un inútil despilfarro económico. Tenemos las máximas tasas de repetición, doble que el segundo y casi cuádruple que el tercero, y no arregla nada. Toda la evidencia estadística lo corrobora, pero no hacemos caso. No hay que tratar a todos por igual para luego bifurcarlos en el tiempo (repetición) o el espacio (itinerarios) escolares, sino tratarlos de manera distinta para lograr que lleguen al mismo sitio, al igual que un edificio se sube por el ascensor, la escalera o la rampa. Los países de mayor éxito dan por sentado que la generalidad de los alumnos pueden alcanzarlo, siempre que se les den la oportunidad y la atención necesarias.
- ¿Está de acuerdo con las conclusiones del informe Mckinsey de que la formación del profesorado es clave para conseguir el éxito escolar? ¿Tienen nuestros profesores suficiente formación?Plenamente. En la escuela, como en cualquier institución y mucho más, lo esencial es la profesión, al menos a partir de un mínimo de recursos materiales que aquí, pese a todo lo que cabe mejorar e incluso pese a los nefandos recortes actuales, tenemos. La clave de una buena educación está en unos buenos profesionales y una buena organización ad hoc de los centros. La formación actual es muy insuficiente. La de los maestros es muy débil: corta, además floja, poco exigente y nada selectiva, algo que deberían abordar las universidades y, más aún, los empleadores, empezando por las administraciones educativas. La de los licenciados es disciplinarmente buena pero en principio ajena ala función de educar, algo que los actuales másteres pueden llegar a aliviar un poco, pero seguramente poco.
- Nuestras tasas de abandono escolar prematuro presentan grandes distorsiones según las comunidades autónomas. ¿Qué justifica que comunidades como el País Vasco, Navarra, o Asturias y Cantabria, tengan medias europeas mientras que Baleares o Canarias, y Ceuta y Melilla, ofrezcan resultados tan malos? ¿Sólo es atribuible a la estructura económica de las comunidades, en las Islas centrada en el turismo?Hay un fondo todavía vigente: norte-sur, ciudad-campo, ricos-pobres, etc., pero creo que es más importante la calidad del empleo -en términos de cualificación- y que hay que prestar atención a las políticas de mejores resultados. Castilla y León, por ejemplo, es pobre y poco industrial, pero sus resultados son excelentes; las Islas Baleares, por elcontrario, son ricas y sus resultados son muy malos… La estructura económica es sólo una parte del problema. Hemos repetido hasta el aburrimiento, por ejemplo, que los adolescentes de las comunidades mediterráneas querían ir a trabajar porque les atraían el empleo fácil y los salarios altos de la construcción o la hostelería, pero no hemos intentado explicar porque querían dejar la escuela, qué era lo que los expulsaba de ella.
- ¿Cómo afrontar que los hombre presentan unas tasas de abandono escolar mayores que las mujeres? Sin miedo y con realismo. Si no se hace florecerán propuestas como la educación diferenciada por sexos. Podríamos empezar por esa notable parte de la diferencia de resultados académicos (graduación, promoción, repetición, calificaciones…) que va claramente más allá de la diferencia medida en competencias y pruebas diagnósticas, lo que parece indicar que el profesorado, que es quien evalúa, no evalúa por igual a chicos y chicas o evalúa cosas, distintas de las competencias, que crean desigualdades de resultados entre unos y otras. Y debemos estudiar si hay distintos ritmos de maduración en general o en algunos aspectos escolarmente relevantes.
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¿Estamos a tiempo de afrontar el creciente desapego de los jóvenes hacia la institución escolar?
A tiempo o a destiempo, no es algo que podamos permitirnos ignorar. Que la enseñanza sea obligatoria de derecho y aun más de hecho nos está ocultando la magnitud de ese desapego. La escuela tuvo el monopolio del conocimiento y la educación y los ha perdido, por lo que tiene que aprender a convivir con los nuevos entornos de educación y/o aprendizaje y, sobre todo, debe reinventarse para ser un plus y no un minus. Uno de los mayores desafíos de la sociedad del conociminto está siendo ya, por ejemplo, la llamada brecha digital, menos de lo previsto en el acceso y más de lo previsto en el uso de las tecnologías, las redes, etc. La escuela es la institución que debería corregir eso, pero resulta que no lo hace porque ni la institución ni la profesión están a la altura de las circunstancias: se mantienen y hasta se profundizan la brecha digital primaria y la secundaria porque hay una brecha terciaria, entre el profesorado y el alumnado, entre la institución y su público, entre las responsabilidades y las capacidades, que le impide hacerlo.
- ¿La LOMCE ayudará a reducir el abandono escolar prematuro?¿Y a tener un mejor a los ciclos formativos?Por un lado parece que, a partir de la tercera versión, habrá posible la continuidad desde la Formación Profesional Básica, y eso es bueno porque evita el peor efecto imprevisto dela LOGSE. La mala noticia es que parece que no sólo no va a traer un fortalecimiento de las políticas compensatorias y de refuerzo en la enseñanza obligatoria sino todo lo contrario, pues detrás hay una filosofía pseudomeritocrática, elitista, que parte de que no todos pueden tener éxito. ¿Va a mejorar el acceso a los ciclos? En el caso de los superiores no creo que cambie nada. En los de nivel medio y en la FPB creo que el secreto va a estar en la letra pequeña, es decir, en los procesos de orientación para la primera y en las pasarelas añadidas a la graduación para los segundos.
Para ver a Fernández-Enguita en acción, mirad este vídeo.
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Posted at 17:22h, 02 junio[…] Entrevista en Mater Purissima […]
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Posted at 05:35h, 03 junio[…] Entrevista en Mater Purissima […]
Enrique Sánchez
Posted at 07:30h, 03 junioAño tras año, sigue habiendo un elevado número de alumnos que, ya cumplidos los 15 o 16 años, debido a su historial académico, a su actitud y a sus aptitudes, no va a conseguir los objetivos mínimos de la Educación Secundaria Obligatoria y, por tanto, no va a titular. Al menos no va a hacerlo inmediatamente, siguiendo los cauces habituales y en los tiempos establecidos. Es un problema que se mantiene, pertinaz, una ley de educación tras otra.
Para atender a este colectivo se han empleado distintas fórmulas, como los programas de Garantía Social de la LOGSE, los actuales Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) de la LOE o la futura Formación Profesional Básica que se pretende implantar con la LOMCE. Con distintos nombres, la idea es la misma: retener a estos alumnos en la escuela con la intención de que obtengan alguna cualificación o formación profesional mínima que les facilite la entrada en el mundo laboral y, si es posible, proporcionarles una base que les permita seguir estudiando en un futuro más o menos cercano.
Es el último recurso que se emplea; una vez que han fallado las repeticiones de curso, los apoyos individuales, la adecuación de los programas y otras actuaciones compensatorias o correctoras. Y, sorprendentemente, es un recurso que funciona. Lo cierto es que estos programas de garantía social, cualificación profesional inicial, formación profesional básica, o como quieran llamarse, consiguen recuperar a muchos alumnos, que inician los estudios profesionales de grado medio e incluso consiguen el título de la ESO.
¿Cómo lo hacen? ¿Qué tienen de particular para tener éxito donde las fórmulas académicas han fracasado?
http://www.otraspoliticas.com/educacion/si-no-vale-para-estudiar-que-aprenda-un-oficio