Madre Alberta Giménez solía decir que «la educación no es la obra de un día, sino el resultado de la acción ejercitada por mucho tiempo continua y constantemente». Añadía que «quien educa continúa la obra de Dios». En Panamá, la obra de Pureza de María ha cumplido ya sus primeros quince años de vida.

Villa Lucre celebró este aniversario el 16 de octubre con una fiesta en el colegio con la asistencia de todos los asistentes.

Se bailó un vals y se coronó a la Virgen en la capilla de Pureza de María. El Obispo de Panamá celebró la eucaristía, colocando él mismo la corona, confeccionada amorosamente para la ocasión por una mamá del colegio.

Los actos de celebración continuaron tras el Día de la Pureza, ya en noviembre, con una velada especial con fiesta, brindis y baile a la que asistieron 300 personas. Se celebró en un salón de eventos, Palacio Dorado.

En noviembre, el colegio de La Pureza también participó en las actividades festivas del Mes de la Patria. Dentro del centro se reservó un día especial para ello, resaltando en las actividades la inmensa gama de razas que tiene Panamá y sus diferentes costumbres.