01 Dic “Carpe diem quam minimum credula postero” (Horacio en Odas, 1,11)
“Aprovecha el momento, no confíes en el mañana”. “Aprovecha el día, no lo malgastes”. O lo que en pluma de Ausonio sería “collige, virgo, rosas…” Aprovecha y recoge.
Intensidad, plenitud, vida en abundancia. No porque “vas a morir pronto” o porque “la juventud es efímera”. Sino porque, para vivir a fondo, de verdad, necesitamos vivir al 100% cada minuto presente. También Jesús lo decía: “No os angustiéis por el mañana, porque cada mañana trae su propio afán” (Mt. 6, 25-34).
En este sentido, he conocido jóvenes muy viejos y tristes, y viejos muy jóvenes con muchas ganas de vivir y disfrutar. ¿Dónde se encuentra el límite cronológico de la frescura interior, del asombro, de la amistad, del querer descubrir, de la solidaridad, de las ganas de vivir y de soñar?
Sin embargo, es cierto que la edad joven generalmente está más llena de esperanza y optimismo. Es la época de la vida donde tenemos más tiempo para disfrutar, más fuerza para arriesgar y más ilusión para esperar. Incluso cuando se vive en medio de dificultades de cualquier tipo. Pero también es el momento en que, casi sin darnos cuenta, construimos lo que mañana seremos. Por eso, y precisamente por eso, joven: “carpe diem”, “collige virgo rosas”. Aprovecha y recoge.
La juventud es construir, vivir intensamente, al 100% el presente, unidos a la fuente de Vida
La juventud es construir, vivir intensamente, al 100% el presente, unidos a la fuente de Vida. Y hacerse persona de la calidad de Jesús. Alguien que construye sobre el Amor, que perdona siempre, que devuelve bien por mal, que se compadece, que es fuerte y humilde, que sonríe y alegra, que se asombra y se enternece, que vive en la verdad y el norte de su corazón es su Padre-Dios.
Pero he escuchado muchas veces frases como éstas: “Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros”… ¿Son nuestros jóvenes? Sócrates (470-399 a.C.) se refiere a los de su época, hace más de 2.400 años. Son los jóvenes de siempre. Los de ayer y los de hoy. Somos todos aprendiendo torpemente a vivir.
Padres y maestros, es cierto que a veces Sócrates lleva razón. Hay personas que pasan por el mundo pero no viven su vida, simplemente son arrastradas por la inercia de cada día. Ellos necesitan nuestro cariño, consejo, comprensión y perdón. Nosotros necesitamos su ilusión, esperanza, intensidad y ganas de construir.
La vida tiene que ser mucho más que teorías, mucho más que tecnología, mucho más que un juego de la Wii, más que políticas, más que consumismo, más que títulos y carreras. Una vida intensa es una búsqueda constante, un encuentro continuo, una cima alcanzada día a día, un sentido saboreado.
El Evangelio es verdad. Es posible recrear entre todos el mundo. ¡Jóvenes, a por ello!
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