20 de Julio del 2008, Córdoba, a las 19.32 horas, bajo un sol abrasador, a 40 grados en la sombra, el árbitro pita el final del partido. España 20, Canadá 12. ¡SÍ! Somos campeonas del mundo, la alegría se desborda, todas las jugadoras nos abrazamos y no nos creemos que se acaba de cumplir nuestro sueño. Tanta dedicación, entrenamientos, viajes y esfuerzo han merecido la pena. Hemos sido premiadas con el mejor regalo que podíamos tener en nuestra carrera deportiva. Yo juego a Rugby, un deporte no muy conocido en España. Habitualmente nos confunden con el fútbol americano, pero a parte de la similitud del balón ovalado, poco se parecen. Hemos estado una semana concentradas en el colegio mayor de Córdoba junto a los otros equipos, la convivencia ha sido genial, si bien en el campo luchamos deportivamente, fuera de él todos somos amigos. Para mi este campeonato ha sido una experiencia inolvidable que difícilmente se volverá a repetir. Por eso quiero compartir esta medalla de oro con todos vosotros y desde aquí agradecer a todos aquellos que lo han hecho posible y me han ayudado.

Gina De Swert, profesora de Educación Física en Pureza Sant Cugat