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Dar la vida a Raquel

Ester Egido, exalumna del colegio de Sant Cugat tiene 36 años; está casada desde hace cuatro años con Alfonso. Nos hemos acercado a ellos para que nos cuenten su maravillosa experiencia de «dar la vida a Raquel».

¿ Qué os llevó a adoptar una niña?
Somos un matrimonio católico que llevábamos 3 años casados y deseábamos ser padres. Como no venían los hijos de forma biológica y tampoco queríamos, por nuestras convicciones religiosas, serlo a toda costa y por cualquier medio, entendíamos que había otras formas de paternidad.
Cuando tomamos la decisión de ir a buscar a Raquel, así se llama nuestra hija, comprendimos que la condición de hijos no viene dado exclusivamente por la sangre. Lo entendimos en una meditación que hicimos sobre Dios. Nos dimos cuenta de que nuestra condición de hijos de Dios viene dado por el amor gratuito de Dios. Nosotros que participamos de ese amor, somos felices amando a Raquel y también queremos entregarle lo más valioso que tenemos, nuestras vidas. Creemos que eso es precisamente lo que la hace hija nuestra.


¿Hubo momentos difíciles?
Nosotros optamos por la adopción internacional; Raquel nació en China. El proceso de adopción supone una serie de trámites de los que hay que ocuparse. Reconocemos que a medida que se acercaba el día de la asignación no podíamos evitar los nervios, pero entendíamos que los hijos, vengan de la forma que vengan, son un don de Dios, y sólo nos quedaba esperar con alegría el momento del encuentro.

¿ Qué recuerdos guardáis de una manera especial?
Todo el proceso de adopción ha sido un regalo porque lo vivimos como nuestro Adviento personal, pero qué duda cabe que el momento en que nos la entregaron y pudimos abrazar su cuerpecito lleno de vida fue muy emotivo. Y al mirar atrás nos damos cuenta de que no hay un momento especial porque desde que ella está todo es distinto. Raquel nos adoptó enseguida como padres, tiene un carácter muy alegre y es una niña muy cariñosa que no tardó ni tres horas en regalarnos su primera sonrisa, y desde aquel día nos tiene robado el corazón.


¿Animaríais a que algún amigo adoptara?
Por supuesto, pero ya no sólo se trata de animar, sino de reflexionar sobre la adopción y abrir la mente a esta forma de paternidad que en ningún caso es un sucedáneo de la paternidad biológica. Tengo un hermano que ya ha iniciado los trámites para ir a buscar a su tercer hijo también a China; unos amigos se están planteando ir a buscar a su segundo hijo también desde la adopción … Es una alegría muy grande hacer partícipes de nuestro gran regalo a los demás; y como la alegría se contagia, es cierto que mucha gente, al ver a Raquel, se está planteando el tema de la adopción.

¿Cómo ha acogido vuestra familia la noticia?
Con inmensa alegría, la alegría propia de cuando llega un niño a la familia. Raquel ha robado con su cariño el corazón de abuelos, tíos y primos.

¿Repetirías?
Ahora a principios de mayo vamos a iniciar los trámites para adoptar a nuestra segunda hija, y quién sabe si habrá una tercera, Dios proveerá. De lo que sí estamos seguros es de que esto es lo más bonito que hemos hecho en nuestro matrimonio, y por todos los momentos felices que estamos viviendo damos gracias a Dios.


Esta entrevista se publicó en la sección «Hablan nuestros exalumnos’ de la edición nº124 de Mater Purissima (junio 2006)

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